"Cómo quisiera ser la lluvia, que une al cielo y la tierra...que nunca se unirán en toda la eternidad"
Una delgada línea, un estrecho camino...
Una gota de lluvia, que durante unos segundos es capaz de unir a dos gigantes que por toda la eternidad han de estar separados. Una delgada línea, que separa lo terrenal de lo divino. Un estrecho camino que atraviesa entre la oscuridad y la luz.
"Siempre donde haya sombras, allí estará la luz"
La luz y el calor del día, y la oscuridad y el frío de la noche. Aquella dualidad que es capaz de expresarse en las formas más simples, y las más incomprensibles para nuestras limitadas mentes.
A veces siento, como si yo fuera esa línea, no me siento un humano ni tampoco un dios. Mejor dicho, estoy entre los humanos y esa divinidad inalcanzable. Soy demasiado evolucionado para pisar la tierra, pero indigno de alcanzar el cielo. Es, en ocasiones, un desamparo desgarrador, un silencio sepulcral, una soledad indescriptible que recorre mi ser en este vacío incalculable. Floto entre dos mundos, y a veces creo que nunca podré alcanzar ninguno. Porque yo soy esa delgada línea, yo soy ese camino, yo soy esa gota de lluvia...esa gota que lleva el lamento de una humanidad, de una raza oculta, la tinta de esa pluma que escribió la historia que nunca fue contada. A veces me desintegro antes de tocar suelo, y a veces no soy capaz de regresar a ese vacío, siento como si la melodía de los violines que suena a la distancia fuese mi única compañía.
Pero si tan sólo lograra por unos segundos, unir el cielo y la tierra, unir esos dos mundos que jamás podrán unirse...
Por eso, yo soy esa lluvia...
Esa línea.
Ese camino sin fin.
Esa alma que no es humana ni divina...
miércoles, 27 de enero de 2010
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