Érase una vez un príncipe,
sí, de esos de lujo y regalías,
que nacen en cuna de oro,
que viven en caviares y manjares,
que mueren entre rubíes y diamantes.
Tan despreciado era el príncipe,
que con dinero compraba compañía,
con amenazas compraba sonrisas,
pero que ni con todo su dinero
lograba comprar la alegría.
Su padre, el rey,
su madre, la reina,
murieron de pena y vergüenza.
"¡Qué solo estoy!",
decía el príncipe con amargura.
Mala mañana para él,
pues al levantarse de su cama,
de sedas y brocado,
encontróse con la Locura,
parada a su lado.
"¿Buen dormir?"
preguntó la Locura con ironía.
"Todos podéis ver con los ojos,
el hermoso mundo en que vivís,
pero tú, la luz del día no merecéis"
"¡Mis ojos, oh, mis ojos!"
Gritó el príncipe con espanto,
¡la Locura se los había arrancado!
"¡Sirvientes, venid!" exclamó,
pero solo estaba en su gran palacio.
Corrió desesperado,
chocando con sillas y paredes,
botando candelabros y jarrones,
enredóse con una alfombra muy costosa,
¡oh! con estrépito se fue escaleras abajo.
Ahí tirado, en su hermosa alfombra,
en su inmenso salón bien adornado,
lloró sin lágrimas,
nuestro pobre príncipe,
mientras con pesar decía:
"La Locura ha arrancado mis ojos,
con sus garras afiladas,
mis cuencas ya vacías sangran,
¡qué horrible oscuridad!"
Sus súbditos abandonaron el reino,
entre quejas dijeron:
"Sin el rey y la reina,
esta tierra perdida está"
Las casas están vacías,
las ollas están vacías,
las calles están vacías,
¡las cuencas del príncipe están vacías!
Estuvo el príncipe,
horas, días, semanas,
abandonado a su suerte,
en esa costosa alfombra,
en ese inmenso palacio.
Cuando el príncipe,
de hambre se moría,
alguien tocó a la puerta...
¡Pase, por favor!
¡Sacadme de esta agonía!
Os daré mi oro y mis joyas,
¡pero quiero ver la luz del día!
Oyó una risa sarcástica,
abrióse la puerta con estrépito,
era la Muerte que venía
a visitar al príncipe ciego.
"Vos no merecéis siquiera llorar",
dijo la Muerte con desprecio.
"He venido a llevarte,
pues por el resto de tus días
-dijo con crueldad-,
verás una sola cosa...
la Oscuridad".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tiempos remotos, voces y sonidos frente a un inexorable final. ¿Quién iba a pensar que la locura no podía ser evitada ni con todo el dinero del mundo?.
ResponderEliminarTodos nosotros estamos guiados por ella, cegados, abandonados a nuestra suerte. No deseo pecar de fatalista ni mucho menos de pesimista, al contrario es nuestra hermosa y muy ridículamente decorada realidad.
¿Qué es la oscuridad? y mucho peor ¿Qué es la luz? nadie ha podido responder eso, porque quien se atrevió a hacerlo sólo mintió, un intento ridículo por dar respuesta a algo que ni tiene respuesta.
¿Por qué seres hermosamente decorados deben permanecer en oscuridad?, es simple..están atrapados en la tierra infértil, pútrida y lodosa. Con las alas llenas de barro que les impide progresar, pueden cambiar, pero jamás progresar...jamás.