La brisa pasa,
la luna llora,
la noche cae,
la la la...
Le fascina descolgar el arcoiris,
le gusta tejer sonrisas,
le desagradan las lágrimas,
le le le...
Limpia manteles nuevos,
lisos, tersos y arrugados,
lindos quedan, el techo reflejan,
li li li...
Lo hace para molestar,
Lo repite para fastidiar,
Lo ensucia para volverlo a limpiar,
lo lo lo...
Luces y sonidos, voces y gritos,
luminosidad que empaña la córnea,
lustra zapatos de cristal bañado en madera,
lu lu lu...
sábado, 22 de enero de 2011
El rostro del amor.
Cuando preguntes por mí,
a las estrellas por las noches,
te dirán que me volví brisa,
para acariciar tu rostro cada día.
Si me dejas ser tu sombra,
gustoso te obsequio mi libertad,
pues me volveré una golondrina,
para cantar a tu oído cada mañana.
Si necesitas afecto,
me volveré un jardín de rosas rojas,
para que puedas nadar
entre los pétalos de pasión.
Si necesitas apoyo,
me volveré tu fuerza,
Si necesitas un beso,
me volveré labios.
Si ya no necesitas nada,
me volveré inexistencia,
y cuando me llames volveré,
vuelto un ramo de rosas blancas.
Si necesitas agua,
me volveré manantial,
Si necesitas calor,
seré tu sol.
Si perdiste tu fe,
seré tu Dios,
si quieres halagos,
te alabaré a coros celestiales.
¡Pero por lo que más quieras!
Jamás derrames una lágrima de tristeza,
Porque tus lágrimas son oceános,
que caen del cielo y ahogan a la vida.
Si necesitas reír,
me volveré tu risa,
Para cuando estés en silencio,
me volveré una orquesta de violines.
Si quieres un abrazo,
me volveré un cuerpo,
necesitas un consejo,
me volveré tu confidente.
¿Quieres una noche estrellada?
De un suspiro,
me convierto en firmamento.
¿Quieres a la Luna?
La traigo hasta tu regazo,
cantando canciones de cuna.
a las estrellas por las noches,
te dirán que me volví brisa,
para acariciar tu rostro cada día.
Si me dejas ser tu sombra,
gustoso te obsequio mi libertad,
pues me volveré una golondrina,
para cantar a tu oído cada mañana.
Si necesitas afecto,
me volveré un jardín de rosas rojas,
para que puedas nadar
entre los pétalos de pasión.
Si necesitas apoyo,
me volveré tu fuerza,
Si necesitas un beso,
me volveré labios.
Si ya no necesitas nada,
me volveré inexistencia,
y cuando me llames volveré,
vuelto un ramo de rosas blancas.
Si necesitas agua,
me volveré manantial,
Si necesitas calor,
seré tu sol.
Si perdiste tu fe,
seré tu Dios,
si quieres halagos,
te alabaré a coros celestiales.
¡Pero por lo que más quieras!
Jamás derrames una lágrima de tristeza,
Porque tus lágrimas son oceános,
que caen del cielo y ahogan a la vida.
Si necesitas reír,
me volveré tu risa,
Para cuando estés en silencio,
me volveré una orquesta de violines.
Si quieres un abrazo,
me volveré un cuerpo,
necesitas un consejo,
me volveré tu confidente.
¿Quieres una noche estrellada?
De un suspiro,
me convierto en firmamento.
¿Quieres a la Luna?
La traigo hasta tu regazo,
cantando canciones de cuna.
jueves, 20 de enero de 2011
Ensayo sobre la inspiración.
Silenciosa, oigo caer la lluvia allá afuera, cae con cuidado y sin prisa, la siento caer, pero ¿dónde cae? Dentro de mí. No puedo abrir un paraguas dentro de mí, pero me está mojando las entrañas. Qué ganas de volver a bailar bajo la lluvia, qué ganas de SER la lluvia. Porque mis ojos son pequeños cielos, cuando dejan caer lágrimas sinceras. Ya no sé; reír, llorar, cantar, soñar, gritar, vomitar, alabar, para mí todo es lo mismo. Porque aprendí a llenar los vacíos con más vacío. La inspiración del artista a veces viene más de la tristeza que de la alegría. Porque la alegría es perfección, y ¿qué gracia tiene la perfección? Lo interesante es grabar, es inmortalizar el dolor, la aflicción, la pena, ¡el rostro de la pena es tan bello a la luz de las letras! Es la musa inspiradora, la madre de la inspiración, la energía de la pluma, el llanto de un bebé. Siento ganas de llorar, pero las lágrimas no quieren brotar, o acaso... ¿será que estoy llorando por las manos? Claro, las lágrimas brotan de las puntas de mis dedos y se vuelven letras, poesías, canciones. Así como las sonrisas se vuelven arcoiris en medio de un día de lluvia. No estoy en una cruzada de "todos contra la alegría" pero sólo digo, que la tristeza no debe ser estigmatizada, marginada, relegada sólo por ser el lado que a nadie le agrada ver en otra persona. Y es cierto, a quién le gustaría ver a su amigo sufrir. Pero las mejores obras han surgido de esos estados, ya sea de locura, soledad, tristeza, dolor. "Piedad", aquella magnífica obra... ¿qué retrata? El sufrimiento del Mesías. La crucifixión misma es dolor. Esas negras sensaciones, emociones, vivencias, son una parte innegable de nuestra existencia. Son parte de nuestra fuente inspiradora, de nuestra alma mater, algo que si negamos sólo nos matará por dentro. Tampoco os digo "estad tristes toda vuestra vida" ¡porque tampoco es la idea! La vida son luces y sombras, silencios y sonidos, sonrisas y lágrimas, abrazos y golpes. La Vida, es Vida y Muerte. Se debe vivir ambas caras de la moneda. Aprovechar cada momento, porque cuando se cae en un mal momento algunos desesperan y agitan sus brazos como su estuvieran muriendo. ¡La mejor manera para volver al equilibrio es descargar eso que se siente! Un dibujo, un libro, un poema, una canción, o una sola frase puede inmortalizar y encerrar toda esa negrura. Porque una persona que no ha saboreado el dulce y el amargo, no puede llamarse a sí mismo, un hombre íntegro. Un artista.
miércoles, 19 de enero de 2011
La Osadía de la Estrella.
Era una princesa con ojos de cristal brillante,
su cabello eran hilos de plata,
sus vestidos eran de escarlata,
su anillo lucía un hermoso diamante.
Hija de los Reyes Duendes,
vivían en un palacio plata, rubíes y oro,
con avecillas que cantaban a coro,
todos vestían ropas verdes.
El Rey Duende quiso casarla,
con un príncipe de un reino lejano,
que vestía y calzaba verano,
que de una mirada podría enamorarla.
La princesa estaba enamorada,
de un humano común y granjero,
que día a día trabajaba con esmero,
que por primera vez la hizo sentir amada.
Salían por las noches a escondidas,
se besaban, se acariciaban,
con pena el amanecer esperaban,
con alegría juntos vivían sus vidas.
La Reina Duende les descubrió,
y apiadada del amor de los amantes,
les obsequió una bolsa de diamantes,
y con un abrazo les despidió.
Huyeron pues, en caballos alados,
pues cuando el Rey se enteró,
con furia a sus guardias ordenó,
matar a los dos enamorados.
De forma sagaz,
con los sicarios acercándose,
les vieron besándose,
hasta volverse una estrella fugaz.
su cabello eran hilos de plata,
sus vestidos eran de escarlata,
su anillo lucía un hermoso diamante.
Hija de los Reyes Duendes,
vivían en un palacio plata, rubíes y oro,
con avecillas que cantaban a coro,
todos vestían ropas verdes.
El Rey Duende quiso casarla,
con un príncipe de un reino lejano,
que vestía y calzaba verano,
que de una mirada podría enamorarla.
La princesa estaba enamorada,
de un humano común y granjero,
que día a día trabajaba con esmero,
que por primera vez la hizo sentir amada.
Salían por las noches a escondidas,
se besaban, se acariciaban,
con pena el amanecer esperaban,
con alegría juntos vivían sus vidas.
La Reina Duende les descubrió,
y apiadada del amor de los amantes,
les obsequió una bolsa de diamantes,
y con un abrazo les despidió.
Huyeron pues, en caballos alados,
pues cuando el Rey se enteró,
con furia a sus guardias ordenó,
matar a los dos enamorados.
De forma sagaz,
con los sicarios acercándose,
les vieron besándose,
hasta volverse una estrella fugaz.
El sueño del artesano.
Es el artesano,
que forja flores de mármol
a la luz de la luna con semblante azul.
Que usa sus ojos como ruedas,
su corazón como motor,
sus manos como alas.
Es la lavandera,
que purga las culpas de las ropas,
bautiza a la vestimenta recién comprada,
que canta canciones sin melodía
a los pies de la hiedra muerta.
Es el soñador,
que teje arcoiris con sus risas,
que duerme de día y sueña de noche,
vuela porque quiere tener alas,
ríe porque quiere aprender a llorar.
Es la bestia que ruge,
en la cima de la montaña,
que vuelve a la nieve agua,
el agua que bebes y desechas,
que ensucias y malgastas.
Soy una alegre cadena,
que sueña unirse a una gema
y colgarse del níveo cuello
de una damisela sin novio.
Un día soy oceáno,
baño sirenas, sueños y náufragos.
Al otro soy cielo,
y arropo al sol en su cuna,
lanzo a la luna al firmamento de lactosa.
Y a la semana después soy tú,
quién sabe qué sea después,
podría ser una pintura, un poema, un grito.
Una cima, un asiento, un abismo.
que forja flores de mármol
a la luz de la luna con semblante azul.
Que usa sus ojos como ruedas,
su corazón como motor,
sus manos como alas.
Es la lavandera,
que purga las culpas de las ropas,
bautiza a la vestimenta recién comprada,
que canta canciones sin melodía
a los pies de la hiedra muerta.
Es el soñador,
que teje arcoiris con sus risas,
que duerme de día y sueña de noche,
vuela porque quiere tener alas,
ríe porque quiere aprender a llorar.
Es la bestia que ruge,
en la cima de la montaña,
que vuelve a la nieve agua,
el agua que bebes y desechas,
que ensucias y malgastas.
Soy una alegre cadena,
que sueña unirse a una gema
y colgarse del níveo cuello
de una damisela sin novio.
Un día soy oceáno,
baño sirenas, sueños y náufragos.
Al otro soy cielo,
y arropo al sol en su cuna,
lanzo a la luna al firmamento de lactosa.
Y a la semana después soy tú,
quién sabe qué sea después,
podría ser una pintura, un poema, un grito.
Una cima, un asiento, un abismo.
lunes, 17 de enero de 2011
Cómo olvidar.
Espera,
estoy tejiendo una cadena
con las gotas de lluvia.
Quiero regalarte una cosa,
no es costosa, ostentosa, ni graciosa.
Pero la saqué de mi corazón el otro día...
creo que es una semilla seca de amor.
Te sienta bien,
en tu cuello de ángel caído.
No me gusta despedirme,
pero mañana ya no recordaré de quién debía hacerlo.
Una vez aprendí a tocar piano,
sin teclas.
También sé tocar violín,
sin cuerdas.
Ah, huele a una lágrima sin brotar.
Enséñame a dibujar un alma...
leí en un pétalo que tienen forma de deseo.
Prometo no enseñarle a nadie más.
¿Por qué... lloras?
Yo no sé hacerlo.
Yo sólo sé bajar a la Luna de la noche,
para jugar con ella a las escondidas.
Hueles a viento,
pero cuando te toco se siente como una sonrisa.
Olvidé...
cómo se teje un sentimiento.
¿Tu corazón no late?
Eso es normal, el mío nunca quiso latir.
Es hora de irme,
¿recuerdas cómo olvidarme? Es así:
Haz con tu lágrima un arcoiris de rosas,
por favor no llores,
sólo haz uno hasta alcanzar las estrellas,
allá no oirás mi llanto.
Te deseo
que te bese una rosa,
que te abrace una carta de amor,
que te haga cariño un oso de peluche.
Pero no deseo...
que me recuerdes.
estoy tejiendo una cadena
con las gotas de lluvia.
Quiero regalarte una cosa,
no es costosa, ostentosa, ni graciosa.
Pero la saqué de mi corazón el otro día...
creo que es una semilla seca de amor.
Te sienta bien,
en tu cuello de ángel caído.
No me gusta despedirme,
pero mañana ya no recordaré de quién debía hacerlo.
Una vez aprendí a tocar piano,
sin teclas.
También sé tocar violín,
sin cuerdas.
Ah, huele a una lágrima sin brotar.
Enséñame a dibujar un alma...
leí en un pétalo que tienen forma de deseo.
Prometo no enseñarle a nadie más.
¿Por qué... lloras?
Yo no sé hacerlo.
Yo sólo sé bajar a la Luna de la noche,
para jugar con ella a las escondidas.
Hueles a viento,
pero cuando te toco se siente como una sonrisa.
Olvidé...
cómo se teje un sentimiento.
¿Tu corazón no late?
Eso es normal, el mío nunca quiso latir.
Es hora de irme,
¿recuerdas cómo olvidarme? Es así:
Haz con tu lágrima un arcoiris de rosas,
por favor no llores,
sólo haz uno hasta alcanzar las estrellas,
allá no oirás mi llanto.
Te deseo
que te bese una rosa,
que te abrace una carta de amor,
que te haga cariño un oso de peluche.
Pero no deseo...
que me recuerdes.
jueves, 13 de enero de 2011
El primer título que se me venga a la cabeza.
Es ese algo que no se puede describir con palabras,
algo que pasa bajo tu piel y rompe tus venas,
cual sentencia de muerte que se alarga por trámite,
canción que no tiene coro no final.
Por eso puedo volverme un lago o un pastizal,
volverme un hada o un demonio oportunista,
porque carezco de carencias,
porque con un rostro seco puedo armar una flor de agua.
Es indescriptible, pero ¿cómo lo estoy describiendo?
Dejando manar la sangre de la herida,
para que el veneno se vaya de mis venas con el paso de los días.
Porque esta vez el corazón dio vida a una emoción
y se ha arrepentido de no abortarla.
Una madre que da a luz,
a una roca con forma de hombre.
Puede criarlo para que sea un discóbolo,
o puede usarlo para adornar su patio.
Creo que olvidé mandar invitación a la coherencia,
bueno... debe estar durmiendo en su sedosa cama.
A la próxima ocasión que esté muriendo le llamaré,
así evito sangrar palabras sucias y sin sentido.
algo que pasa bajo tu piel y rompe tus venas,
cual sentencia de muerte que se alarga por trámite,
canción que no tiene coro no final.
Por eso puedo volverme un lago o un pastizal,
volverme un hada o un demonio oportunista,
porque carezco de carencias,
porque con un rostro seco puedo armar una flor de agua.
Es indescriptible, pero ¿cómo lo estoy describiendo?
Dejando manar la sangre de la herida,
para que el veneno se vaya de mis venas con el paso de los días.
Porque esta vez el corazón dio vida a una emoción
y se ha arrepentido de no abortarla.
Una madre que da a luz,
a una roca con forma de hombre.
Puede criarlo para que sea un discóbolo,
o puede usarlo para adornar su patio.
Creo que olvidé mandar invitación a la coherencia,
bueno... debe estar durmiendo en su sedosa cama.
A la próxima ocasión que esté muriendo le llamaré,
así evito sangrar palabras sucias y sin sentido.
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