sábado, 22 de enero de 2011

El rostro del amor.

Cuando preguntes por mí,
a las estrellas por las noches,
te dirán que me volví brisa,
para acariciar tu rostro cada día.

Si me dejas ser tu sombra,
gustoso te obsequio mi libertad,
pues me volveré una golondrina,
para cantar a tu oído cada mañana.

Si necesitas afecto,
me volveré un jardín de rosas rojas,
para que puedas nadar
entre los pétalos de pasión.

Si necesitas apoyo,
me volveré tu fuerza,
Si necesitas un beso,
me volveré labios.

Si ya no necesitas nada,
me volveré inexistencia,
y cuando me llames volveré,
vuelto un ramo de rosas blancas.

Si necesitas agua,
me volveré manantial,
Si necesitas calor,
seré tu sol.

Si perdiste tu fe,
seré tu Dios,
si quieres halagos,
te alabaré a coros celestiales.

¡Pero por lo que más quieras!
Jamás derrames una lágrima de tristeza,
Porque tus lágrimas son oceános,
que caen del cielo y ahogan a la vida.

Si necesitas reír,
me volveré tu risa,
Para cuando estés en silencio,
me volveré una orquesta de violines.

Si quieres un abrazo,
me volveré un cuerpo,
necesitas un consejo,
me volveré tu confidente.

¿Quieres una noche estrellada?
De un suspiro,
me convierto en firmamento.
¿Quieres a la Luna?
La traigo hasta tu regazo,
cantando canciones de cuna.

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