jueves, 20 de enero de 2011

Ensayo sobre la inspiración.

Silenciosa, oigo caer la lluvia allá afuera, cae con cuidado y sin prisa, la siento caer, pero ¿dónde cae? Dentro de mí. No puedo abrir un paraguas dentro de mí, pero me está mojando las entrañas. Qué ganas de volver a bailar bajo la lluvia, qué ganas de SER la lluvia. Porque mis ojos son pequeños cielos, cuando dejan caer lágrimas sinceras. Ya no sé; reír, llorar, cantar, soñar, gritar, vomitar, alabar, para mí todo es lo mismo. Porque aprendí a llenar los vacíos con más vacío. La inspiración del artista a veces viene más de la tristeza que de la alegría. Porque la alegría es perfección, y ¿qué gracia tiene la perfección? Lo interesante es grabar, es inmortalizar el dolor, la aflicción, la pena, ¡el rostro de la pena es tan bello a la luz de las letras! Es la musa inspiradora, la madre de la inspiración, la energía de la pluma, el llanto de un bebé. Siento ganas de llorar, pero las lágrimas no quieren brotar, o acaso... ¿será que estoy llorando por las manos? Claro, las lágrimas brotan de las puntas de mis dedos y se vuelven letras, poesías, canciones. Así como las sonrisas se vuelven arcoiris en medio de un día de lluvia. No estoy en una cruzada de "todos contra la alegría" pero sólo digo, que la tristeza no debe ser estigmatizada, marginada, relegada sólo por ser el lado que a nadie le agrada ver en otra persona. Y es cierto, a quién le gustaría ver a su amigo sufrir. Pero las mejores obras han surgido de esos estados, ya sea de locura, soledad, tristeza, dolor. "Piedad", aquella magnífica obra... ¿qué retrata? El sufrimiento del Mesías. La crucifixión misma es dolor. Esas negras sensaciones, emociones, vivencias, son una parte innegable de nuestra existencia. Son parte de nuestra fuente inspiradora, de nuestra alma mater, algo que si negamos sólo nos matará por dentro. Tampoco os digo "estad tristes toda vuestra vida" ¡porque tampoco es la idea! La vida son luces y sombras, silencios y sonidos, sonrisas y lágrimas, abrazos y golpes. La Vida, es Vida y Muerte. Se debe vivir ambas caras de la moneda. Aprovechar cada momento, porque cuando se cae en un mal momento algunos desesperan y agitan sus brazos como su estuvieran muriendo. ¡La mejor manera para volver al equilibrio es descargar eso que se siente! Un dibujo, un libro, un poema, una canción, o una sola frase puede inmortalizar y encerrar toda esa negrura. Porque una persona que no ha saboreado el dulce y el amargo, no puede llamarse a sí mismo, un hombre íntegro. Un artista.

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