Soy el ángel que construyó sus alas,
con las lágrimas de un tal Bartimeo.
Volé por el vacío infinito
hasta que los agujeros
en el techo se hicieron estrellas.
De una gota de mi sudor,
nacieron oceános, mares y ríos,
de una piedra que cayó de mi sandalia,
se formaron continentes, penínsulas y volcanes,
por accidente cayeron de mi bolsillo,
marionetas defectuosas
que al caer al barro se volvieron humanos.
Humanos que hablaron de fuego,
ciudad, progreso y conquista,
carbón, guerra y televisores,
armas, petróleo y genocidios,
y que de tanto hablar construyeron un Dios,
le vistieron de túnica, le llamaron Papa.
Después hablaron de sexo,
violaciones, muertes y corrupción,
sangre, derrotas y colusión,
suciedad, basura y fuego,
lujuria, alcohol y más sexo.
El día que me deje caer
sobre este mundo creado por accidente,
será lo que ellos le llamaron Apocalipsis.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario